Una de las cosas que mas me gusta de ir al pueblo de mi mujer es poder comer productos frescos y naturales, cuyos sabores, olores, texturas... marcan la diferencia de los productos que normalmente compramos en los mercados.
Para esté pintxo he utilizado un manojo de cebollinos frescos, unos puerros silvestres y unos huevos frescos, de gallinas que viven prácticamente sueltas.
El canapé de revuelto de cebollino tiene un ligerísimo amargor al final que puede no gustar a ciertos paladares.
El canapé de revuelto de puerro silvestre es mas dulzón en contraste con el de cebollino y se complementan perfectamente acompañándolos de una buena cerveza bien fría, siendo el resultado global inmejorable.
- Un manojo de cebollinos
- 2-3 puerros silvestres (también valen los del mercado ;)
- 4 huevos
- Sal
- Aceite de oliva
Se lavan bien los cebollinos y los puerros, quitándoles la tierra que aún puedan llevar pegada.
Se pican fino los cebollinos.
Al puerro le quitamos las primeras hojas verdes y picamos fino también.
En un par de sartenes echamos un chorrito de aceite de oliva en cada una y las ponemos a fuego medio.
Añadimos el cebollino en una y el puerro en otra.
Salamos ambas.
Vamos removiendo de vez en cuando y dejando que se pochen.
Añadimos un par de huevos a cada sartén y volvemos a salar ligeramente. Removemos rompiendo los huevos y mezclándolos.
Una vez esté hecho el huevo apartamos del fuego.
En panecillos de canapé vamos colocando un poco con ayuda de una cucharilla.
Presentamos.
¡Y listo!
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